Pick me Up – Capítulo 370 – La Luz del Corazón (3)


<Episodio 41 de la Historia Paralela de Aaron>

***

Aaron se concentró.

Se encontraba en medio del campo de entrenamiento. Cerca de él había más de diez espantapájaros colocados.

“…….”

¡Uuuuuum!

La sombra bajo los pies de Aaron temblaba. La lanza plateada en su mano se difuminó, dejando tras de sí imágenes residuales.

[Dispersión (散)]

[Sombra Negra, Diez Mil Cielos (黑影萬天)]

¡Papapapac!

De la sombra de Aaron surgieron más de una decena de siluetas negras, atravesando simultáneamente los espantapájaros.

Se formaron grandes agujeros en el centro de cada uno de ellos.

“Huuu.”

Aaron exhaló un suspiro.

Con solo este entrenamiento, una gran cantidad de energía espiritual (Rei) había sido consumida de nuevo.

Por más que trataba de ahorrar, esta se drenaba sin piedad.

Cientos de años.

No, miles de años de energía espiritual acumulada explotaban en una sola batalla.

El karma era como la luz de una supernova, el último brillo de una estrella que había vivido miles de millones de años antes de desaparecer.

Brillaba lo suficiente para iluminar toda una galaxia, pero después no quedaba nada.

‘Es fuerte, pero difícil de manejar.’

Un poder que no podía alcanzarse sin una determinación absoluta.

Incluso entrenar este poder consumía el poder mismo.

‘Creo entenderlo.’

Después de que el chico (el maestro) despertara por primera vez el poder del Karma, muchos otros vinieron aquí para imitarlo.

¿Dónde están ahora?

Antes de despertar el Karma, se convertían en espectros.

Incluso si lo dominaban, no podían soportarlo y se convertían en fantasmas.

El único que había superado y soportado la reacción negativa del Karma era el propio chico.

El muchacho atribuyó esa capacidad al hecho de que “no tenía corazón”.

‘No perderé.’

Aaron miró a su lado.

Allí estaba la sombra roja.

Lo sabía.

Sabía que esa sombra solo era una ilusión visible para él.

‘Debo superarla.’

Apoderarse por completo del Karma manteniendo su corazón humano.

Solo así el maestro podría retirarse con seguridad.

Aaron renovó su determinación.

* * *

Esta vez era diferente.

El chico había dicho que incluso las emociones inmortales se enfrían con el tiempo.

Eso significaba que el corazón humano era finito.

Aaron se negaba a aceptarlo.

Hay cosas que cambian, pero también cosas que no.

Quería demostrárselo a su maestro.

La fuente del Karma de Aaron era un sueño puro de volverse más fuerte.

A esto se sumaba otro sueño, cultivado con el corazón.

‘No quiero abandonar mi humanidad.’

Aunque el origen del sueño fuera un anhelo puro, el Aaron que lo manejaba tenía un corazón humano que deseaba proteger algo valioso.

Quería protegerlo.

Quería brindar una felicidad inquebrantable ante cualquier adversidad.

Quería tener la fuerza para reírse de las tragedias insignificantes.

No era un poder obtenido abandonando a Nina, ni a su hermano ni a sus compañeros.

Era un poder obtenido por ellos.

Por eso se negaba.

Aaron negaba la “pureza”.

* * *

Transcurrió un tiempo incalculable.

Mientras Aaron entrenaba en el campo de práctica, el chico le habló:

“Es suficiente por ahora.”

Aaron detuvo el movimiento de su lanza.

“¿A qué se refiere, Maestro?”

“No sigas acumulando karma. Con eso basta. Parece suficiente.”

“Maestro, todavía soy débil. No puedo sucederle con mi nivel actual…”

“¿Quieres morir?”

La amenaza del chico hizo que Aaron abriera los ojos con sorpresa.

No era una broma.

“Si sigues acumulando Karma, la sombra te engullirá.”

Aaron miró a su lado.

La sombra roja se veía más grande.

“Hasta aquí llega tu límite. Si te vuelves más codicioso, será peligroso.”

“Pero…”

Aún no era lo suficientemente fuerte.

Con este nivel no podría proteger a todos.

“¿Cuánto más fuerte quieres volverte? Esto ya es suficiente. Si salieras ahora, casi nadie se atrevería a amenazarte. No me digas que quieres ser tan fuerte como Gion.”

“…….”

“¿Qué? ¿De verdad?”

“Debo ser así de fuerte para que usted se sienta tranquilo al retirarse, Maestro.”

El chico abrió la boca, sorprendido.

“¿Quieres hacerme retirarme?”

“Quiero que descanse, Maestro.”

“¿Así que quieres ser tan fuerte que me obligues a retirarme?”

“Sí.”

“Vaya.”

El chico chasqueó la lengua y dijo en voz baja:

“¿Quién te metió esas ideas?”

“¿Eh?”

“¿Quién te llenó la cabeza de esas tonterías?”

“Eso…”

“No hace falta adivinar, seguro fue Yurnet. Pensé que era raro que de repente cocinaras y te comportaras de forma extraña. Eeh, ya veo.”

“Ella dijo que estaba usted en peligro.”

“¿Yo en peligro?”

“Dijo que, si no lo saco rápido de aquí, no se puede asegurar el futuro. ¿Estaba equivocada?”

El chico habló:

“¿Así que, porque no conoces mi futuro, entrenas hasta no poder ni garantizar el tuyo?”

“Eso es…”

“Pero ¿quién demonios se cree que no sé cuidar de mí? Si pensara que voy a morir de verdad, ya me habría largado. Aún sigo vivo, ¿no lo ves?”

“Entonces…”

Aaron lo encaró.

“¿Por qué sigue aquí? Aquí no vive nadie. Yo sigo entrenando porque soy débil, pero usted ya es suficientemente fuerte. Podría estar con sus compañeros afuera…”

“Porque este lugar no es para humanos.”

“…….”

“Por eso estoy aquí.”

“No tiene sentido.”

“Los humanos en su mundo, los monstruos en el suyo. Así la vida fluye según las reglas.”

“No diga tonterías.”

Aaron apretó los dientes.

“Ellos se preocupan por usted, Maestro. ¿Cómo puede encerrarse así, en un lugar peligroso, sin razón alguna? No lo entiendo.”

“…….”

“Si la razón por la que no se va es porque necesita un sucesor, yo seré ese sucesor.”

“¿Tú?”

“Sí.”

“¿Cómo?”

“Me haré más fuerte. Más que ahora. De modo que pueda irse tranquilo de aquí.”

Aaron continuó:

“Si la razón por la que no se va es porque dice no tener corazón, si por eso renunció a relacionarse con ellos, entonces… Yo destrozaré ese prejuicio inútil suyo.”

El chico guardó silencio.

“Escuché a su compañera. Antes no era así. Pero, desde un día en particular, se encerró aquí y no salió más.”

Antes no era así.

Eso significaba que el chico había actuado normalmente como miembro del Grupo 1.

Pero en algún momento cambió.

Se escondió en Ruanan y no volvió a Niflheim.

Solo unos pocos héroes antiguos y sus compañeros sabían de su existencia.

El chico solo aparecía en contadas batallas.

El resto del tiempo lo pasaba en esta vasta dimensión, sin nadie, durante una eternidad casi infinita.

“No es necesario llegar a tanto.”

El Karma se cultivaba en la soledad.

Pero no había razón para permanecer en soledad absoluta todo el tiempo.

Si determinaba que había acumulado suficiente poder, podía salir y vivir normalmente.

De hecho, debía hacerlo.

Necesitaba recomponer sus vínculos y su corazón destrozados.

Era la única forma de no perderse a sí mismo.

Aaron lo sabía sin que el chico se lo dijera.

Aunque la acumulación del Karma no tuviera límite, el corazón humano sí lo tenía.

Si se excedía, el corazón empezaría a resquebrajarse.

La razón por la que el chico detuvo a Aaron hoy era esa.

Entonces,

Si el maestro ya había acumulado de sobra, podía salir.

Pero no lo hacía.

Continuaba aquí, en silencio, deformando su propio corazón.

“Desconozco la razón por la que está así, Maestro.”

Aaron no había entendido por qué él mismo se aferraba a la fuerza, sin tener remedio, en el pasado.

Por qué, sabiéndolo imposible, insistía en ser más fuerte.

Se abandonaba a un impulso irracional.

Quien corrigió ese impulso fue el chico.

“Pero sí sé algunas cosas.”

Aaron no sabía qué había pasado con el maestro.

“Usted padece una enfermedad del corazón. Y las enfermedades del corazón no se curan dejándolas estar. Hay que tratarlas con urgencia.”

Aaron prosiguió:

“Si se ignoran diciendo que no importa, el corazón muere.”

“Yo no tengo corazón, ¿recuerdas?”

“Si no tiene corazón, ¿cómo iba a enfermar?”

“Mmm, muy astuto con las réplicas, ¿eh?”

Los ojos del chico se tornaron translúcidos, como si mirara un pasado lejano.

“Entonces, señor médico del corazón, ¿qué medicina me recetarás?”

“La misma medicina con la que usted me trató a mí.”

“¿Cuál es?”

“Perdonarse a sí mismo.”

Aaron habló con seriedad.

“Lo dijo usted mismo, Maestro.”

“…….”

El chico cerró los ojos.

Y entonces:

“¡Puhat!”

Soltó una carcajada.

“¡Puhahahaha! ¡Vaya, me la han jugado! ¿Perdonarme a mí mismo? ¿Yo dije eso alguna vez? ¡Esto es de locos, me estoy volviendo loco!”

Aaron no se reía.

“Ah, sí. Es verdad, ¿no dije que todos los que vienen aquí tienen un problema en el corazón? ¡Y resulta que yo también estoy incluido! Es absurdo.”

“Maestro.”

“Tranquilo, tranquilo. No te preocupes tanto. Mi estado no es tan grave como piensas. Tampoco tengo pensado quedarme aquí encerrado hasta morir.”

“¿De verdad?”

“Claro que sí.”

El chico sonrió.

“Cuando salgas de aquí, yo también saldré. Jugar solo aburre. Quiero disfrutar mi vejez un poco.”

“…….”

“¿Por qué me miras con esa cara de sospecha? Es la verdad. No hubo ningún pasado trágico ni gran suceso. Simplemente estar solo me parecía cómodo.”

“¿Y ahora ha cambiado de opinión?”

“Siempre estuve cambiado, hombre.”

¡Conk!

El chico golpeó suavemente la cabeza de Aaron.

No dolió en absoluto.

“Aaron.”

“¿Sí?”

“Eres del tipo que se toma todo demasiado en serio y sin diversión.”

“¿Qué quiere decir?”

“Oye, déjame preguntarte: has matado gente en misiones, ¿no?”

“¿Por qué… de repente…?”

“¿Sí o no?”

“…Sí.”

“¿Esa noche no pudiste dormir, llorando a solas, arrepentido, pensando en la familia de los que mataste, en sus amigos, en lo que pasaría con ellos… que habías cometido un acto horrible?”

“¡N-no llegué a tanto…!”

“¡Puhahaha! Mientras otros duermen tan tranquilos, tú das vueltas en la cama ahogándote en esas preocupaciones inútiles.”

“¡No, no es así!”

Aaron puso cara de llanto.

Matar gente nunca fue fácil.

Pero lo había superado.

“Si fueras un protagonista de novela, la gente te insultaría a mares, ¡qué pardillo más inútil!”

“…Ugh.”

“Como consejo de un veterano en la vida: vivir así es agotador. Vive como tu hermano.”

“¿Como mi hermano?”

“Con la mentalidad de ‘no es asunto mío, no me importa’. ¿Qué te importa si tenían familia o no?”

Aaron recordó a su hermano, Han Israt.

Era frío y racional.

Después de matar, no pensaba en la familia de la víctima ni en sentimientos inútiles.

Aquello era un estorbo que no le importaba.

Lo mismo ocurría con Jenna Shirai.

Ella apreciaba a sus compañeros, pero sabía distinguir entre camaradas y extraños, y no perder el tiempo con emociones innecesarias.

Era inteligente.

De hecho, la mayoría de los combatientes del Lobby de la torre eran así.

Tener remordimientos o compasión por los muertos era un lujo que no podían permitirse.

El enemigo obstruye, por eso lo matan.

Sus circunstancias no les incumben.

‘¿Y yo qué?’

Aaron pensó.

“¿Qué más da que haya un tonto en el mundo?”

Ante las palabras de Aaron, el chico se dio la vuelta.

“¿Qué?”

“Que haya aunque sea una persona así. Si vivimos pensando ‘no es asunto mío, no me importa, si estorbas te mato’ el mundo será más simple, sin dudas ni preocupaciones.”

“Oh. Pero al final, tú los mataste igual, ¿no?”

“Sí, los maté.”

Aaron al principio dudó, pero luego dejó de hacerlo.

Mató a quienes se interponían en el camino de su hermano y sus compañeros.

“Pero por dentro me parecieron dignos de lástima.”

“¿Sabes cómo se llama eso?”

“Lo sé. Hipocresía.”

Tener lástima y aun así matar.

Si al final llega al mismo resultado, ¿qué diferencia hay?

‘Si pensara como mi hermano.’

No habría sentido dolor alguno al matarlos.

Todo sería más claro.

El mundo dividido en blanco y negro.

Cosas que ayudan y cosas que estorban.

Se podría juzgar el bien y el mal según su propia conveniencia.

Pero Aaron no era así.

“La gente diría que vives la vida de forma innecesariamente fatigosa.”

El mundo no era pacífico.

Había incontables mundos convertidos en torres, donde héroes y monstruos se mataban sin cesar.

¿De qué sirve la moral en este caos?

¿La compasión, la piedad, el amor? ¿Tienen algún valor?

La diosa de la piedad nunca responde a las súplicas.

En cambio, la diosa de la pureza aparece en todas partes, fomentando las masacres.

Proclamando que un deseo puro vale más que todo el universo.

Instando a sacrificarlo todo por un solo objetivo.

“Sí, lo sé.”

Vivir así es agotador.

Recibe heridas que podría evitar.

“Sé que es una necedad.”

En tiempos caóticos, la pureza se burla de la compasión.

La desprecia y se mofa.

Un pardillo.

Ni siquiera sabe salvarse a sí mismo.

Un estúpido hipócrita.

“Pero ¿qué importa si soy un idiota?”

“¿Qué tiene de bueno?”

“Es el camino que he elegido. Aunque me ridiculicen, yo no me ridiculizo. Con eso me basta.”

“¿Ha?”

“Mi camino lo decidí yo. Aunque parezca ridículo o insignificante, seguiré por él. Y además…”

Aaron sonrió.

“Si en el mundo no hubiera ni un solo idiota y todos fueran genios, ¿no sería demasiado desolado?”

“Cierto.”

El chico rió.

“Si no hubiera quien se deje engañar, sólo engañadores, la vida no tendría gracia. Entonces, oye.”

“Sí.”

“No te preocupes por mí.”

El chico continuó:

“Tu defecto es inflar preocupaciones innecesarias. Te agobias el corazón sin necesidad. ¿Entiendes?”

“Entonces…”

“No pienso que me reemplaces. Tampoco planeo quedarme aquí encerrado hasta la muerte. Cuando estés lo suficientemente fuerte, saldré contigo de aquí.”

“¿Lo dice en serio?”

“Sí. ¿Quieres un contrato firmado?”

“Entonces, prepararé un papel…”

“¿Ni las bromas entiendes?”

“Yo también bromeaba.”

“Vaya. En fin. Si el maestro cielo y tierra dice que le creas, entonces créeme. Cuando seas lo suficientemente fuerte, saldré contigo. ¿De acuerdo?”

“¿Cuán fuerte debo ser?”

“Hasta que dejes de ver esa sombra a tu lado.”

Aaron abrió mucho los ojos.

“¿Creías que no lo sabía? He entrenado a varios discípulos.”

“…….”

“Controla tu corazón. No dejes que el Karma te arrastre, arrástralo tú a él. Hasta que eso no sea seguro, no podrás salir de aquí. Podrías volverte fantasma.”

“Entonces, la razón por la que usted no sale de aquí es…”

¿Es por mí?

Aaron todavía no dominaba bien su fuerza.

Si Aaron hacía suyo el Karma por completo, podría salir con su maestro.

“¿Ves lo inútiles que eran tus preocupaciones?”

“Ya veo. Es un alivio.”

“Has acumulado suficiente. Ahora aprende a controlarlo.”

Aaron miró a su lado.

La sombra roja, ahora enorme, lo miraba fijamente.

Si la sombra lo devoraba, Aaron se volvería un fantasma.

‘Tendré que resolverlo con él.’

Ver quién sobrevivirá al final.

¿El sueño puro de volverse más fuerte?

¿O el corazón humano de Aaron?

Si no le ponía fin a esto, Aaron no podría salir de aquí.

Esta era la prueba final.

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