<Episodio 40 de la Historia Paralela de Aaron>
***
¡Fuaaash!
Cuando Aaron colocó la leña en el brasero de abajo, las llamas se intensificaron.
Junto con el fuego, el humo acre comenzó a elevarse.
¡Chis-chis!
Se oyó el sonido de los ingredientes cocinándose en la plancha sobre el brasero.
“¡Cof! ¡Cof!”
Aaron tosió.
Aunque tenía abiertas todas las ventanas, el humo no se disipaba bien.
¿Tendría que hacer una nueva chimenea?
‘Veamos, desde aquí…’
Aaron agitó la mano y echó un vistazo al libro de cocina que tenía al lado.
‘Agregue la cantidad adecuada de sal y pimienta.’
¿Cantidad adecuada?
¿Y cuánto es eso?
Aaron, sin pensárselo demasiado, cogió sal y pimienta y las vertió sobre la sartén a su antojo.
‘Cuando el huevo esté adecuadamente cocido, agregue una cantidad adecuada de queso.’
¿Adecuadamente cocido?
¿Una cantidad adecuada de queso?
Aaron frunció el ceño y tomó un puñado de queso para echarlo en la sartén.
Luego, sujetó el mango de la sartén y lo mezcló todo.
‘Cuando haya pasado el tiempo adecuado, retírelo de la sartén de forma adecuada.’
¿El tiempo adecuado?
¿No habrá pasado ya el tiempo suficiente?
Aaron retiró la sartén de la plancha en el momento que le pareció adecuado, y colocó la comida—en su punto supuestamente adecuado—sobre un plato.
Listo.
La tortilla estaba adecuadamente terminada.
No se parecía mucho a la imagen del libro de cocina, pero al menos había seguido la receta, así que debía estar bien.
‘Huele raro.’
No importa.
Si seguía la receta, sin duda tendría buen sabor.
“¡Maestro! ¡Salga, por favor!”
“¿Aaaah? ¿Ya terminaste?”
Poco después, un muchacho con el pelo revuelto apareció en el comedor.
El chico bostezó largamente y se sentó en una silla.
“La tortilla está lista.”
“¿Hm?”
El chico miró el plato sobre la mesa y frunció el ceño.
“¿Qué es esto?”
“Es un plato llamado omelette. Se cocina el huevo de forma adecuada y se come con arroz cocido al vapor. Es un plato popular en la Tierra, según dicen.”
Aaron sacudió el libro de cocina que tenía en la mano.
<¡Cocinemos con mesura! Gastronomía terrícola apropiada>
<Autor – Yurnet Seed>
El libro contenía varias recetas de la Tierra.
Para Aaron, que era un novato en la cocina, resultaba bastante útil como referencia.
“Haah. Qué molestia. Con las píldoras de hojas secas (byeokgokdan) ya era suficiente para ambientar, ¿no?”
“No, no es suficiente.”
En una esquina del comedor había un jarrón lleno de unas pastillas hechas con hojas secas, una especie de píldoras misteriosas llamadas byeokgokdan.
Se suponía que sustituían la comida, pero eso era imposible. No podían reemplazar una comida de verdad.
‘Hay que recuperar la forma de vida humana.’
De acuerdo con la determinación de Aaron, se habían tomado varias medidas en aquella cabaña.
La más importante era que ahora había un almacén especial, conectado directamente con el depósito de Niflheim.
En pocas palabras, podían usar los suministros de Niflheim desde allí.
La sanadora había atendido la petición de Aaron.
Gracias a ello, el almacén en la esquina de la cabaña estaba abarrotado de todo tipo de ingredientes y provisiones que Aaron había solicitado.
Ese almacén estaba automatizado con una alta magia dimensional, de modo que se podía llamar cualquier tipo de objeto que se deseara.
El objetivo era uno solo:
‘Ayudar al maestro.’
El plano dimensional de Ruanan era especial.
El tiempo fluía más lentamente que en el exterior.
No hacía falta dormir ni comer.
Pero si se ignoraban por completo las necesidades humanas, la mente acabaría degradándose.
Había que recuperar la humanidad.
La omelette, la sartén, el horno… todos eran el resultado de los esfuerzos de Aaron.
De una forma u otra, había logrado traer utensilios de cocina y alimentos.
La necesidad más básica del ser humano es comer.
Aunque no se tenga hambre, se come.
Se come cuando llega la hora.
Aunque sea a la fuerza.
“Adelante, Maestro, ¡pruebe!”
Aaron se sentó en la silla del lado opuesto.
De los platos donde reposaba la omelette salía vapor caliente.
El chico, con gesto cansado, miró a Aaron y se llevó una cucharada a la boca.
“¿Qué le parece?”
“¿Esto es así?”
“¿Eh?”
“¿Dices que me devuelves el corazón y la humanidad, pero en realidad pretendes atormentarme?”
“¿Qué dice, Maestro? Lo he hecho con mucho esmero.”
“Pruébalo tú.”
Aaron también probó un bocado de su porción de omelette.
Era realmente… “adecuado” …
“¡Ugh!”
¡Cof! ¡Cof!
Aaron comenzó a toser, atragantándose varias veces.
Tras un rato de silencio, el chico habló:
“De ahora en adelante, cocinaré yo. Tú lavarás los platos.”
“…De acuerdo.”
Ni siquiera aquí Aaron tenía buena mano para estas cosas.
Sin demora, el chico preparó un sabroso estofado con los ingredientes que habían sobrado.
Con eso, ya no se sabía quién estaba ayudando a quién.
Después de la comida.
Cuando el chico intentaba desaparecer a algún lugar, Aaron le agarró la manga.
“¿A dónde va, Maestro?”
“¿Qué pasa ahora?”
“¿Ha notado el espacio vacío frente a la cabaña? ¿Qué le parece si lo arreglamos?”
“¿Aaah?”
“Hagamos un huerto, sembremos semillas. También plantemos árboles, flores e incluso formemos un arroyo.”
“¿Por qué de repente?”
“¿No es su pasatiempo?”
“Bueno, sí lo es, pero, ¿por qué te pones así de repente?”
“Simplemente me apeteció. ¿No basta con eso? Ese jardín está demasiado lejos de aquí. ¿Qué le parece crear uno nuevo, otra vez, aquí mismo?”
El chico parpadeó, como si no entendiera lo que Aaron decía.
“¿Quieres recrear ese jardín delante de la cabaña?”
“Más grande aún, para que cualquiera que venga se quede asombrado.”
“¿Y las semillas? ¿El abono? ¿El agua? ¿De dónde sacas todos esos materiales?”
“Todo está aquí.”
Gracias al almacén que la sanadora conectó con Niflheim, tenían materiales ilimitados.
Si faltaba algo, se reponía.
“¿Has abandonado el entrenamiento?”
“No, Maestro. Lo haremos en el tiempo libre. Por la tarde, por ejemplo, sería adecuado.”
En el patio trasero seguía el campo de prácticas donde Aaron blandía y estocaba la lanza sin descanso.
La fuerza no se acumula quedándose sin hacer nada.
Tenía que demostrar su sueño con acciones.
“¿Te lo han pedido ‘ellos’?”
La mirada del chico se agudizó.
Aaron negó con la cabeza.
“No. Es decisión mía.”
“Así que al final cediste ante esa gente. ¡Qué molestia!”
“¿Aceptará mi petición, Maestro…?”
El chico se cruzó de brazos y meditó.
“Hmph. No tengo gran cosa que hacer de todos modos.”
“¿Verdad que sí? ¿Verdad?”
“De acuerdo. Estoy aburrido, te acompañaré. Para matar el tiempo.”
“¡Excelente!”
Con esto se había dado un paso hacia adelante.
Aaron, mostrando el plano que había dibujado la noche anterior, habló con el chico.
‘Este lugar es demasiado desolado.’
No sopla el viento, sólo caen hojas sin cesar.
Un lugar que deprimía el ánimo con sólo estar en él.
Había que cambiar el ambiente.
“Si lo hacemos así…”
“No, eso no se puede. La circulación del terreno quedaría extraña si pones el camino ahí.”
“¿Eh?”
“Aquí tienes que unirlo de esta forma. ¡Oye! ¿Qué clase de plan has traído? ¿Quieres morir?”
“¡Hup!”
“¡Dámelo, idiota! Yo lo rediseñaré, tú mientras ve trayendo los materiales del almacén.”
“Sí…”
Tampoco aquí Aron era habilidoso.
De cualquier modo, poco después, los dos empezaron a nivelar la tierra frente a la cabaña.
Con palas y horquillas removieron el suelo y sacaron las piedras.
Era el trabajo inicial para hacer el jardín.
“Maestro.”
Mientras trabajaban, Aaron soltó una pregunta.
“¿Qué pasa ahora?”
“Si yo muero, ¿qué sucederá?”
Aron lo dijo con naturalidad.
“Supongo que no morirás de forma normal, como un humano.”
“¿La mujer se lo dijo?”
“¿Quién sabe? No lo tengo claro.”
“Haa, qué fastidio. Bueno, si tienes curiosidad, te lo diré. ¿Qué pasa si alguien con Karma muere? Pues simplemente desaparece, como un fantasma, sin más.”
“¿Ni siquiera queda un cadáver?”
“Exacto.”
Eso significaba que bajo la lápida no habría nada.
“¿Y qué proceso sigue eso?”
“No mueres al instante. Sigues vivo un tiempo. A los ojos de los demás, parecerás normal.”
“¿Y luego?”
“Tu presencia se debilita.”
“¿De qué forma?”
“La gente deja de prestarte atención.”
¡Crac!
La horquilla topó con una piedra.
“Sea cual fuera tu relación previa con ellos, se vuelven como desconocidos. No les importarás, no te darán ni la más mínima atención. Serás un extraño.”
Aaron se detuvo un momento.
“¿Como un extraño?”
“Poco a poco será así. Los lazos emocionales se vuelven tenues.”
“Es horrible.”
Aaron lo imaginó por un momento.
Sus camaradas, con quienes había compartido vida y muerte, mirándolo con ojos fríos.
Le recorrió un escalofrío.
“En otras palabras, desaparecen los lazos con la gente.”
“Así es.”
¡Crac!
Aaron quitó la piedra con la horquilla.
“¿Y después qué ocurre?”
“Poco a poco serás olvidado. Y al final, desaparecerás por completo. La gente en el mundo ni recordará que exististe.”
La muerte y luego el olvido.
Nadie lo recordaría.
Nadie sabría que alguna vez existió.
‘…’
Si cuando regresara a casa, Nina lo mirara sin reconocerlo, con una expresión de ignorancia total,
Eso quizá sería más atemorizante que la propia muerte.
‘Para que no suceda eso…’
Aaron miró sin decir nada a su maestro, que seguía cavando.
Tenía que sacar al chico de allí.
El maestro salía a veces por asuntos puntuales, pero no se podía decir que fuera una verdadera salida.
De todos modos, volvía a Ruanan.
Había que lograr que se fuera por completo.
Quitar cualquier razón para que el maestro permaneciera allí.
‘¿Será porque soy incompetente?’
El poder de Aaron no se comparaba al del chico.
No tenía ninguna posibilidad de sucederlo tal como estaba.
‘Si me vuelvo más fuerte,’
Si llegaba a heredar completamente el lugar del maestro,
Quizá entonces el maestro se sentiría tranquilo para irse y retirarse.
“¿Qué miras?”
“Nada, Maestro.”
Aaron tomó una silenciosa determinación.
Debía volverse más fuerte.
Cada vez más.
El tiempo siguió transcurriendo.
Aunque Aron pasó por varias “reencarnaciones”, ya no perdía sus recuerdos por completo como antes.
Seguía recordando su meta.
Su lamentable habilidad para cocinar mejoró un poco.
Aprendió técnicas espiando al maestro mientras cocinaba.
Con el tiempo, en el jardín frente a la cabaña florecieron todo tipo de flores.
Para alguien con la habilidad del Karma, el concepto de “años” carecía de significado.
El tiempo fluía incesante.
Como las flores que brotaban y se marchitaban en el jardín, Aaron repetía muertes y nacimientos, acumulando su sueño.
‘¿Cuánto tiempo de margen queda?’
Allí el tiempo pasaba más lento que fuera.
Pero, aunque fuera lentamente, el tiempo fluía.
¿No habría alguna forma de detener el flujo del tiempo por completo?
Aún era insuficiente.
Necesitaba más tiempo.
Para hacerse más fuerte.
Para ayudar al maestro.
Fue entonces cuando, de repente, “eso” apareció.
“…….”
Aron estaba acostado en la cama, tapado con una manta.
Allí no hacían falta actividades fisiológicas como dormir.
Sólo yacía para pasar el tiempo.
Trataba de imitar la vida humana.
Aunque ya no fuera humano.
「Un sueño.」
Eso era.
El Karma no era más que un conjunto puro de sueños.
Desde la perspectiva del sueño, la personalidad de Aaron era una impureza.
Un desecho que debía eliminarse.
「Para volverte más fuerte.」
「Para hacerte fuerte sin que nada estorbe, sin ningún impedimento.」
Una voz susurraba.
「¿Para qué es esa fuerza?」
「¿Es para conseguir algo con ella?」
「¿No era la fuerza por la fuerza misma?」
Aron no se dio la vuelta.
Alguien estaba detrás de él.
「¿No era este el desenlace que deseabas tú mismo?」
「¿No renunciaste incluso a tu familia para cumplir tu sueño?」
Aaron había abandonado dar prioridad a Nina.
Porque quería volverse más fuerte.
¿Y ahora…?
「Cuando antes anhelabas la fuerza pura…」
「¿Ahora pretendes recuperar tu humanidad?」
La pureza significa no necesitar nada más.
Rechazar todas las impurezas en post de un único objetivo.
Incluso su propio corazón.
「La verdadera fuerza no se ve atada a nada.」
Dijo alguien.
「Hay que desechar por completo las insignificantes emociones y deseos humanos.」
「Para volverte puramente fuerte.」
Locura.
Era una locura.
“Cállate…”
「Apegarse a algo es prueba de tu debilidad.」
Aaron se incorporó en la cama.
「Je, jejejeje…」
En medio de la habitación.
Junto a la cama, alguien estaba de pie.
“Maldita sea…”
Era una sombra.
De un color rojo sangre, intensamente carmesí.
La sombra roja miraba a Aron con una sonrisa burlona.
Ridiculizaba la contradicción de Aaron, que antes buscaba la fuerza pura y ahora deseaba volver a ser humano.
‘Maestro.’
Aaron recordó las palabras del muchacho.
Si el sueño de hacerse fuerte fuera realmente puro, no necesitaría una personalidad.
La mente original desaparecería y en su lugar quedaría un espectro.
En ese caso, la identidad de la sombra era clara.
‘¿Así era?’
La tumba sin nombre había aumentado de esa forma.
Aaron miró fijamente a la sombra roja.
「Te lo enseñaré.」
La sombra roja extendió la mano.
Su voz, siniestra y rasposa, se elevó.
「Te mostraré la fuerza pura.」
「Aquella que no está sujeta ni atada a nada, la más limpia de todas…」
¡Paf!
Aaron levantó la lanza plateada que descansaba junto a la cama y golpeó la sombra.
La sombra roja desapareció.
“…….”
Molesto.
Aaron soltó una risa seca.
Esa clase de alucinaciones sólo eran una molestia.
Pick me Up – Capítulo 370 – La Luz del
<Episodio 41 de la Historia Paralela de Aaron> *** Aaron se concentró. Se encontraba en medio del campo de entrenamiento. Cerca de él…
Pick me Up – Capítulo 368 – La Luz del
<Episodio 39 de la Historia Paralela de Aaron> *** Aaron cerró el libro. La luz que se filtraba desde la estantería se desvaneció…