Al cruzar el umbral de la torre, me encontré con un vestíbulo espacioso y enigmático, donde el silencio era tan denso que podía sentirse en el aire. En su centro, una gema de tonalidad azulada flotaba, suspendida por una fuerza mágica desconocida, emitiendo pulsos de luz que danzaban sobre las paredes. Estas estaban cubiertas con grabados ancestrales, retratando seres de otro tiempo y batallas de deidades en pleno furor, cuyas expresiones de poder y desesperación se entrelazaban en un ballet de destino y voluntad, revelando formas de magia aún no descifradas por mi mente.
En un rincón, sumido en sombras, una luz tenue me atrajo; al enfocar mi mirada, distinguí la forma temblorosa de una silueta humana, como si estuviera a punto de esfumarse en el aire cargado de misterio.
Quedé paralizado, dominado por una mezcla de asombro y temor. La sensación de ser observado por esa figura etérea me sobrecogió, evaluando mi ser con una intensidad que cortaba mi aliento.
“Interesante… un candidato… han pasado milenios desde que vi a uno. Creí que desaparecería antes de que alguien como tú llegara,” manifestó la silueta con una voz que vibraba con matices de sorpresa y nostalgia.
La opresión en el aire se disipó de súbito, permitiéndome respirar nuevamente, aunque mis pulmones luchaban por recuperar el aire perdido.
“¿Candidato a qué? ¿Quién es usted? ¿Es acaso un espíritu? Creía que este lugar estaba abandonado…” balbuceé, inundado por una mezcla de incredulidad y curiosidad.
“No soy un ser vivo; soy la sombra de lo que fui, un mago de una era olvidada. Milenios han transcurrido, y este vestigio de mi ser se desvanece. Me nombran Stein, mago de una era que ustedes llaman antigua. Aunque mi poder se ha disipado, he preservado esta esencia esperando a un elegido, alguien que pueda alterar nuestro trágico destino.”
Mis pensamientos se aceleraron, ‘¿Era antigua? ¿Cómo es posible? ¿Habla de milenios atrás?’
Interrogué con una voz entrecortada, la cautela teñida de temor ante la presencia que se cernía ante mí. “Señor Stein, ¿qué significa ‘remanente’?”
Stein pareció sumirse en sus pensamientos antes de contestar: “Descubrirás lo que implica, si en verdad eres el elegido que he estado esperando.”
“Tu prueba inicial comenzará al tocar la gema dimensional al centro de este lugar; te llevará al campo de evaluación, donde serás juzgado. ¿Quieres descubrir si tienes un don para la magia o si eres un mediocre? No tienes elección; de lo contrario, errarás perdido en el bosque del susurro, sin esperanza de salida…”
Con esas palabras, la silueta de Stein se desvaneció como bruma bajo el sol. La gema al centro del vestíbulo comenzó a resplandecer con mayor intensidad, y el aire a su alrededor se tornó turbulento; las velas parpadearon y un susurro incomprensible llenó la estancia.
“¿Qué sucede ahora? ¿Debo realmente tocar esa gema?” murmuré, más para mí que para cualquier otro. “Parece peligroso… pero si no tengo otra opción… si deseo encontrar mi camino y no ser un simple nadie sin talento…”
Con determinación, me acerqué a la gema. A una corta distancia, inhalé profundo y la toqué.
Una sensación de ingravidez y un vértigo repentino me asaltaron. En un abrir y cerrar de ojos, me encontré en otra estancia, tropezando al entrar y cayendo al suelo.
“¿Qué es esto? ¿Un portal? ¿Existen realmente cosas así?”
Observé el entorno; a diferencia de la oscura torre, esta habitación estaba bañada por una luz suave que parecía emanar de las paredes mismas. Sin ventanas a la vista, el único elemento era un pedestal de piedra en el centro, sosteniendo otro objeto enigmático que brillaba con tonos multicolores.
Una voz resonó en la sala: “Bienvenido al campo de prueba. Yo seré tu evaluador.”
Busqué con la mirada la fuente de esa voz, pero no vi a nadie. Entonces, la luz sobre el pedestal se intensificó, y una figura comenzó a tomar forma frente a mí. Era un hombre de edad madura, con cabello largo y plateado que flotaba etéreamente. Sus ojos, profundos y azules, parecían contener universos enteros. Vestía una túnica adornada con símbolos que emitían un tenue resplandor.
«Muchacho, tu primera prueba será de Afinidad Mágica, para determinar si realmente puedes manejar la magia de nuestra era. Pero ten cuidado, ya que es tanto un don como una maldición. Solo responderé a una de tus preguntas si superas esta prueba y demuestras ser el elegido que hemos estado esperando durante años. Las demás preguntas serán respondidas si logras superar todas las pruebas restantes…»
Erevan, sobrecogido ante la magnitud de la prueba, se sintió abrumado. Desde niño, había intentado descubrir su afinidad mágica sin éxito, a pesar de sus esfuerzos diarios y su meditación.
“¿Piensas que la magia se limita a los cuatro elementos y sus variantes? Eres como un niño en un pozo. Existen magias mucho más poderosas, y es eso lo que evaluaré… Si eres compatible con la magia de la era antigua, accederás a un poder casi olvidado, más allá de las simples técnicas de tu tiempo y que podría explicar tu incompatibilidad con los elementos básicos.”
Erevan permaneció inmóvil, impactado por las revelaciones. Tras un momento, la esperanza llenó su ser.
‘¿Podría realmente dejar de ser un don nadie? ¿Podré finalmente destacar?’
Con un gesto, el evaluador hizo surgir un pedestal de piedra, coronado por una gema de múltiples facetas que emitía una luz etérea, cambiando de color sin cesar.
“Esta gema, joven, es un artefacto de la era antigua. No solo evaluará tu afinidad con la magia básica, sino que sondeará profundidades de poder que ignorabas. Incluso en mi tiempo, era un objeto de gran rareza y poder.”
Erevan se acercó, fascinado por la gema que parecía contener un universo entero. “Toca la gema,” indicó el hombre, “y revelará si llevas en ti la semilla de un poder mayor, uno que podría redefinir tu destino.”
*******
Cuando Erevan fue teletransportado a su primera prueba, desde el crepúsculo enmarañado del bosque del susurro hasta la misteriosa torre, un relicario de secretos que había permanecido inalterado por milenios, un evento singular capturó la atención de todo el reino. Desde la cúspide de la torre, una luz brillante se disparó hacia el cielo, iluminando la noche como una nueva estrella fugaz, generando alarma y asombro entre los observadores. Este fenómeno, efímero pero poderoso, parecía señalar el surgir de algo extraordinario, quizás el nacimiento de un ser excepcional. La luz persistió, un faro celeste, durante quince minutos antes de extinguirse lentamente, devolviendo a la torre a su anterior estado sombrío y enigmático.
Mientras tanto, en la capital de Aetheria, el aire se tensó con una urgencia palpable. En el corazón del palacio real, en una sala de reuniones ornamentada con tapices que contaban las hazañas de antiguos héroes, se desató una conmoción.
“¡Mi Rey! ¡Hay un problema!” exclamó Darian Stormwind, el jefe del ejército del reino, irrumpiendo en la estancia donde Eldric Alarion, rey de Aetheria, deliberaba con sus consejeros. La seriedad marcaba su semblante, cada paso resonando con la urgencia de su mensaje.
Eldric, cuya postura regia apenas se alteró, levantó una ceja, su irritación apenas contenida ante la súbita interrupción. “Darian, estamos en una reunión crucial. ¿Qué asunto justifica esta interrupción?”
“Mis disculpas, mi Rey, pero es urgente. Desde las fronteras reportan una luz que ascendió al cielo, reminiscente, según los antiguos textos, de la magia de eras pasadas,” informó Darian, su voz cargada de preocupación y respeto.
El rey se enderezó, su mirada tornándose afilada como el acero. “¿Qué dices? Esa magia no ha sido vista en milenios. Nuestros ancestros se encargaron de ella… ¡Actúa rápido, Darian! Envía un equipo de magos de alto rango para investigar. Si es verdad, captura a esa persona. No podemos permitir que ese poder se descontrole.”
“A la orden, mi Rey,” respondió Darian con un saludo marcial, su figura imponente retirándose rápidamente para movilizar la fuerza de avanzada.
Este cambio en el palacio real de Aetheria no solo significaba la movilización de fuerzas mágicas y militares, sino también el inicio de una serie de eventos que podrían alterar el equilibrio del reino y quizás del mundo entero. Mientras la puerta se cerraba tras la figura apresurada de Darian, el aire quedó cargado con una mezcla de anticipación y temor, reflejando la magnitud de los sucesos que estaban a punto de desplegarse.
La Torre del Tiempo Perdido – Capítulo 3 – Pruebas
La atmósfera en la zona de pruebas de la torre estaba cargada con una tensión que se podía cortar con…
La Torre del Tiempo Perdido – Capítulo 1 – El
En la penumbra de la noche, una torre se erguía majestuosamente, sus cúspides iluminadas por velas centelleantes, en lo alto…